El 1 de abril se inaugura en la Catedral de Burgos y el Arco de Santa María de la ciudad una muestra sobre el artista. 200 piezas darán cuenta de la calidad de su obra
Considerado el mejor orfebre de su época, Saturnino Calvo Vélez (1895-1972), además de moldear los metales con la precisión de los artesanos y la belleza de los artistas, realizó también un buen número de dibujos, esculturas y acuarelas. Buena parte de su prolífica obra se mostrará en una exposición antológica dividida en 2 escenarios: el Arco de SantaMaría, paramostrar su obra profana y los detalles de su biografía; y la Sala Diego Porcelos de la Catedral, donde se exhibirá algunas de sus principales piezas litúrgicas.
Esta primera retrospectiva «está planteada como un homenaje a Saturnino Calvo y a los dos hijos que trabajaron con él en el taller, con el fin de dar a conocer la obra y la figura de uno de los artistas más importantes del Burgos del siglo XX», afirma el comisario de la muestra, Juan Carlos Pérez Manrique. Organizada por el Instituto Municipal de Cultura y el Cabildo de la Catedral, la exposición se desarrollará entre el 1 de abril y el 8 de mayo.
Hasta ahora la ciudad no había acogida una muestra global sobre la figura y la obra deMaeseCalvo, aunque hubo un intento de realizarla en 1995, cuando se cumplía el centenario de su nacimiento. Diez años después es una realidad y con ella podremos acercarnos a las etapas de este Premio Nacional en 1967 y poseedor de laMedalla al Mérito en el Trabajo.
«En su trayectoria se distinguen fundamentalmente dos etapas: hasta la Guerra Civil, época en la que realiza buena parte de su trabajo en la Catedral y donde también tiene un peso importante su obra no religiosa; y desde los años 40, cuando su producción, a raíz del nuevo tipo de sociedad y de la importancia de la Iglesia como cliente, tiene básicamente carácter litúrgico».
OTRAS DISCIPLINAS.
La Guerra Civil no solo orientó su obra, sino que también la interrumpió. Al menos como orfebre, porque durante los 2 años que estuvo en la cárcel (donde coincidió con su amigo Antonio José) hizo numerosos dibujos a lápiz. Los suyos, junto a los retratos que le han hecho Luis Sáez, Jesús del Olmo o Ignacio del Río, también se mostrarán en la exposición.
Porque la muestra permitirá conocer los avatares, formación, distinciones y reconocimientos de un artista que «estuvo siempre muy preocupado por incorporar todo lo aprendido en su vida y en sus viajes. Se trata de un hombre creativo que, desde la tradición, incorpora lo más novedoso en las 5.000 piezas que tiene repartidas por todo el mundo».
De las de tipo religioso destacan, entre otros, los cálices realizados para la Seo; objetos litúrgicos de la Catedral del Burgo deOsma; el templete y la custodia del Valle de los Caídos; o el conjunto hecho para la parroquia del Pilar, «único al deberse todos los elementos al mismo artista».
Desde el punto de vista civil sobresale el Retablo de Castilla (1934-1943), donde se recogen las figuras de los héroes castellanos; la puerta-reja El árbol de la vida, que recibió el Premio Nacional de Forja en 1935; o la verja-cancela de Las cuatro estaciones. La mayoría de esta obra pertenece a particulares, aunque son propiedad del Ayuntamiento, por ejemplo, las rodelas del Cid y Fernán González o la Tizona del Campeador.
Autor: Inmaculada López de la Hera
Web: http://www.diariodeburgos.es/
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